ACUARELISTAS DE MAJADAHONDA
El pasado 27 de mayo asistimos a una demo de Enrique Alda a quien agradecemos que siempre este dispuesto a echar una mano en las tareas de la Asociación.
Enrique empezó su charla manifestándose un cuadernista acérrimo. “Tengo cuadernos de hace más de treinta años, claro que ahora de casi todo hace más de treinta años”, dice sonriente.
Basándose en su experiencia enseñando a pintar cuadernos, plantea una serie de preguntas que los alumnos repiten curso tras curso y que suelen ser un freno cuando se empieza un cuaderno de acuarela.
“Yo es que no sé dibujar”
Sí que sabes dibujar, responde Enrique. A lo mejor no dibujas bien, pero dibujar, dibujas.
A dibujar se aprende, como a escribir, lo que pasa es que no todo el mundo tiene buena letra, pero se puede leer lo que escribe.
Tranquilidad. En un cuaderno un buen dibujo es muy importante, pero no lo es todo.
“Tengo muy mala letra”
La letra bonita ayuda, pero visualmente manda más el bloque que la propia letra o la palabra en sí. Componer bien un bloque de texto ayuda a solucionar ese problema. Además, hay otras soluciones.
“¿Qué hago antes, el texto o el dibujo?”
Enrique dice que prefiere hacer primero el dibujo, incluso terminarlo en la técnica elegida. Lo último los textos, pero dice conocer cuadernistas que se escriben la historia entera antes de empezar a pintar. Depende de cada uno.
Y así va planteando preguntas frecuentes, como “No consigo nunca terminar un cuaderno” y es que ciertamente los cuadernos de acuarela que se venden son demasiado grandes para acabarlos en un viaje, o también, “No sé por donde empezar”, comentando entonces la importancia de una maquetación previa o layout del cuaderno que nos sirva de guía.
Vamos viendo una serie de cuadernos para distinguir claramente lo que distingue a un cuaderno de viaje. Y es que hay muchos tipos de cuadernos y todos tienen su aquel. Los hay que son meros álbumes, con una acuarela tras otra, que son muy bonitos, pero no es de eso de lo que venimos a hablar hoy. Tenemos el cuaderno de apuntes, fundamental en cualquier trabajo, donde precisamente por no tener que seguir ningún orden, el autor se muestra tal y como es, sin ataduras ni cauces que le limiten. Y también el cuaderno de artista que siguiendo una idea unificadora va desarrollándola gráficamente en sus páginas. Pero de eso tampoco vamos a tratar hoy. Hoy hablaremos de cuadernos de viaje.
El cuaderno de viaje
Enrique cuenta que hay viajes de maleta y larga distancia y hay viajes que no salen de una misma habitación. De unos y otros vamos a hablar.
Un viaje requiere una narración y ese relato se sirve de tres elementos fundamentales y un cuarto elemento. Se refiere a la acuarela, claro, el bloque de texto y el titular. El cuarto elemento es el espacio en blanco, que es un elemento gráfico más y muy importante, al que hay que dejarle sitio en la composición.
Resumiendo lo que nos cuenta, diríamos que un cuaderno requiere de un mapa de carreteras, de una hoja de ruta que nos ayude a ir colocando cada cosa en su sitio, con una idea clara de planteamiento, nudo y desenlace, como si de una tragedia griega se tratara. Y ahí interviene el layout, esa maquetación esquemática que debemos hacer antes de empezar con cualquier cuaderno.
Enrique se detiene en explicar con detalle la importancia de componer los bloques de texto en columnas de fácil lectura y fácil escritura, así como de la semiología de los diferentes tipos de letra para ayudar a componer titulares con gracia pero adecuados al mensaje.
Insiste mucho en que la mayor dificultad no suele consistir en las acuarelas que ilustran los cuadernos. Nos halaga diciendo que eso no es problema para acuarelistas tan avezados como nosotros (ja, ja). Lo que más difícil resulta siempre, es la combinación armoniosa de los cuatro elementos citados: titular, bloque de texto, acuarela y espacio en blanco.
Controlando esto, tendréis un precioso cuaderno, aconseja Enrique.
Pasamos ya a la parte práctica y Enrique resuelve a modo de ejemplo un díptico consistente en portadilla, doble página, y página sencilla. Toma como ejemplo el Estanque del Retiro, que tantos recuerdos de su infancia le trae.
Tiene en mente los alrededores del estanque con el monumento a Alfonso XII y basándose en unas fotos que hizo él mismo y a alguna documentación de detalle extraída de internet, elabora un layout de distribución de texto e imagen de las cuatro paginas del díptico del ejercicio.
Una vez decidido qué fotos van, dónde van y cómo van, empieza a dibujar.
Empieza rotulando el titular principal y encajando a lápiz lo que será la acuarela de portada y el bloque de texto. Para el titular perfila las letras con un rotulador fino indeleble para rellenarlo con acuarela posteriormente.
Las páginas 2 y 3 del díptico las resuelve como un todo, sin separarlas visualmente. Insiste mucho en este tema. Importa más la visualización del cuaderno abierto, porque es lo que se nos ofrece a la vista, sin descender a si son o no dos páginas. Visualmente son una sola. El bloque de texto lo escribe con su letra mayúscula, que es la que normalmente usa, apretando bien el interlineado para darle consistencia al bloque y ayudándose de unos renglones de referencia dibujados a lápiz, que después borrará.
En consecuencia, hay una ilustración en acuarela que invade parte de la página izquierda, dejando aire para un bloque de texto, con una letra capitular y un recuadro de detalle, donde coloca el barquillero típico, que aun perdura por los alrededores del estanque.
La página de cierre, la última, no le da tiempo a terminarla porque la conversación se vuelve muy amena con preguntas y comentarios mientras él avanza en el dibujo. Enrique promete terminar el ejercicio más tarde, dibujando la última página con una técnica diferente a las anteriores, como desenlace y solo una pequeña referencia de texto de despedida de la pequeña historia contada.
Enrique acaba su intervención animándonos a todos a participar en el Concurso de Cuadernos de Viaje que la Asociación Acuarelistas de Majadahonda ha organizado para que durante este verano pintemos esos cuadernos que nos acompañarán siempre como recuerdo imborrable.
Muchas gracias, Enrique, por compartir con todos nosotros tus enseñanzas.
Por gentileza de Enrique, incluimos a continuación un vídeo resumen de la demo.
Artículo publicado en el nº 83 de la Revista Acuarelas de la AAM